NUESTRA HISTORIA

Sobre Castell d'Empordà

La historia muere cuando no se puede revivir. Por ello, el Castell d’Empordà es un guardián de la herencia cultural de España mucho más interesante que esos otros castillos privados e inaccesibles y que a menudo son museos inanimados. Durante su estancia en el Castell d’Empordà, usted se sentirá automáticamente impregnado de su pasado, pero no mediante conferencias, sino simplemente permaneciendo en su interior y alrededores, disfrutando de la conversación, de la buena comida y degustando vinos.

Las Piscinas

El hotel dispone de dos piscinas, una situada junto al Restaurante Tres Margarit y la otra situada en la zona de Da.Li . Disponemos de servicio de toallas , parasoles y amplias tumbonas para que su tiempo en las piscinas sea perfecto.                                                                                                      Horario de 10.00 – 20.00 a partir del 15.04.2022 y hasta el 15.10.2022.*

 

*El horario de vigilancia en la piscina será de 10.00H a 18.00H.

La Batalla de Waterloo

sobre el Castell d’Empordà

Albert constituye en sí mismo el nexo de unión entre el Castell d’Empordà y Napoleón. Le ha llevado cerca de 20 años construir el mayor modelo a escala de Europa de la batalla de Waterloo, que en la actualidad se puede admirar en el corazón del castillo. Los 18 metros cuadrados de representación incluyen 2.000 soldaditos de plomo y cerca de 500 caballos, todos ellos pintados a mano. La idea del modelo a escala surge de la historia familiar de Albert. Su tatarabuelo fue un veterano de la Grande Armée de Napoleón, quien llevó un diario de su servicio con el emperador. Albert también construyó una maqueta del Castell d’Empordà durante su asedio en el siglo XI, que está expuesta en el primer piso justo encima de la recepción del hotel.

EL RESTO ES HISTORIA

El Sueño de Albert

De niño, cuando viajaba a España, me quedaba fascinado con los viejos castillos del paisaje catalán que comenzaban a pasar fugazmente al otro lado del parabrisas, y de noche soñaba con tener mi propio castillo.

Cuando descubrí el Castell d’Empordà en 1999, fue un amor a primera vista, pese al horrible estado del edificio que poéticamente se integraba en el magnífico paisaje catalán. Junto con Margo, mi compañera, tomé la decisión de comprar el castillo y comenzamos a hacer planes para una restauración en profundidad que nos iba a mantener ocupados durante un año y medio. Finalmente, en la primavera del año 2001, el Castell d’Empordà abrió las puertas a nuestros primeros huéspedes….y el resto es historia.

Albert Dirks, propietario